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Hace ocho años,
mientras Venus eclipsaba al Sol en su movimiento retrógrado[1] por el signo de Géminis,
empezaba mi camino psicodélico. Tuve una experiencia con hongos en una
fiesta que había organizado. La experiencia me abrió hacia la profundidad de mi
propia psicología y el aliento del cosmos. Irónicamente, esto terminó con mi adicción
a otras sustancias y expandió mi imaginación y mi sentido de lo que era posible
para mí y para la realidad en general. En
los meses siguientes, mientras Venus continuaba su tránsito retrógrado (sin que
yo lo supiera), me fui en un viaje mochilero a las Montañas Porcupine, al norte
de Michigan con un amigo de la infancia, un géminis (mi sol natal también está
en la tercera casa de géminis). Después de tripear juntos en aquel épico
paisaje silvestre empezamos a explorar con psicodélicos juntos durante todo el
año siguiente hasta que viajamos juntos a la Amazonía para beber ayahuasca en
la primavera de 2005.
Tomar ayahuasca fue
la experiencia más extática que jamás había tenido. Mi mente, cuerpo y corazón
se abrieron más allá de lo que había conocido o creído que fuera posible,
incluso considerando las exploraciones psicodélicas que había realizado antes
de ingresar a la selva amazónica. Sin embargo estas no eran mis primeras
experiencias extáticas. Antes de mis incursiones psicodélicas había sido un
drogadicto, y antes de eso había sido cristiano evangélico pentecostal, y antes
de eso había crecido con un padre predicador liberal que había sido
influenciado por las experiencias con psicodélicos que había tenido en sus
veintes. Su interés de toda la vida por los rituales de los nativos norteamericanos, las carpas para sudar, la poesía, la mitología y la era de la música psicodélica habían estado como trasfondo a mi crianza aunque casi no había sido consciente de ello
hasta mi primera experiencia con ayahuasca, cuando tenía veinticinco años.
En resumen, mi vida
entera ha estado profundamente impregnada de estados de conciencia “místicos”,
“extáticos” y “transformacionales”. Ciertamente, si algo me han mostrado estas
experiencias “cumbre” son ambos aspectos, los oscuros y los luminosos, de la
mentalidad místico/religiosa. Recientemente, en junio pasado, Venus ha
completado su ciclo de ocho años de movimiento retrógrado por el signo de
Géminis, llegando a donde estaba hace ocho años cuando comenzaba mis viajes
psicodélicos, eclipsando por segunda vez al Sol (estos eclipses solo suceden
cada cien años). Me he dado cuenta de que muchas verdades derivadas de estados
de conciencia alterada, especialmente aquellos que desean eliminar o matar el
ego, a menudo reflejan estados patológicos o kármicamente enredados, únicos en
las personas que gravitan alrededor de experiencias extáticas en general.
El Ego y la Luna, el espíritu y el Sol
En el campo de la
astrología evolucionaria, como en muchas otras tradiciones
religiosas/espirituales, se habla mucho sobre nuestras sucesivas encarnaciones
que ocurren debido a un primitivo “deseo de separación” que, como los conceptos
de pecado, la caída del hombre o el estado de maya (ilusión), se relacionan a
la dualidad. Desde este punto de vista, cada uno de nosotros estamos en un
estado temporal (un estado engañoso, ilusorio) de separación de la verdadera
fuente de la realidad, o Dios. La meta de nuestro desarrollo evolutivo, de una
encarnación a otra, es agotar este deseo de estar separados (haciendo todo lo imaginablemente
posible que el ego/ser inferior pueda desear que esté basado en el estar separado[2]). Una vez que el deseo de
estar separado está agotado a nivel del espíritu nos fusionamos nuevamente a la
divinidad, o la “unidad” de la cual fuimos originados.
Esta forma
particular de ver la carne, el cuerpo, el ego y el ser “inferior” no es nueva.
Es tan antigua como el “mundo real” de Platón, más allá de la ilusión de los
fenómenos. Es tan antigua como las enseñanzas de Buda o Jesús sobre la
naturaleza temporal de los placeres materiales. En la cristiandad, es tan
antigua como la idea de San Agustín influenciado por Platón de la partida de la
Ciudad de los Hombres hacia la Ciudad de Dios. Esta es la búsqueda esencial,
mitológica de liberarse de la prisión material hacia el reino de la conciencia,
y finalmente a una completa absorción con Dios. Es una antigua historia
religiosa y hay mucho que decir sobre esto.
Es verdad que,
después de todo, el lado oscuro de ser una criatura sintiente, de vivir con un
cuerpo, es la forma en que nuestros deseos corporales pueden involucrarnos con
toda clase de sufrimiento. El miedo a
nuestra propia mortalidad nos puede enviar por agujeros de conejo hacia el
hambre de poder, la violencia, la codicia, la lujuria y el miedo. Contener y cultivar la
moderación del ser terrenal, el ser ligado al mundo, es algo que cada uno debe
aprender a hacer. El primer problema aparece cuando asumimos que este ser
“inferior” es cualitativamente diferente o “menos que” nuestro ser superior. El
segundo problema viene cuando asumimos
que nuestro ser “superior” es menos capaz de sacarnos de balance que nuestro
ser “inferior”.
Pero antes de ir
más lejos, vamos a hacer un corto paréntesis para revisar los arquetipos del
ser superior y del ser inferior como han sido presentados, generalmente a
través de la historia de la astrología kármica o esotérica. En muchas escuelas
de pensamiento astrológico, el Sol es considerado el arquetipo del espíritu. Así, el Sol es representativo del
ser “superior”. Desde nuestra perspectiva, a través de las estaciones, aunque
la cantidad de luz se desvanece a lo largo del día de veinticuatro horas, vivamos
en el hemisferio norte o sur, la cara del Sol permanece constante. Por lo tanto
el arquetipo del Sol como el espíritu o el Sol como el ser superior está
relacionado a lo que es eterno e invariable. El espíritu, como el Sol, vive en
la singularidad y la permanencia a pesar de las vacilaciones de las estaciones
o la rotación diaria de la tierra alrededor de su eje.
En contraste, la
Luna ha correspondido desde hace mucho con el arquetipo de “el ego”. El ego es
entonces el contrastante ser “inferior”. Desde nuestra perspectiva, cada mes,
la luz de la luna se desvanece. La Luna es mutable, cíclica y atada al tiempo.
El ego, similarmente es cambiante. El ego está gobernado por el tiempo y el
espacio y la impermanencia del cambio (lo que implica la relación del ego con
la muerte).
Muchos de nuestro
filósofos espirituales y las religiones del mundo nos enseñan a liberarnos del
ego, de la Luna y del ser inferior para ser más estables, singulares y eternos
como el ser superior solar. ¿Pero es posible que el ser solar en realidad no
sea mejor que el ser lunar? Vamos a darles una mirada a varias piezas
interesantes de simbolismo astrológico sobre de la Luna.
Reevaluando lo
Lunar
Desde nuestra
perspectiva, aunque la distancia entre la Tierra y la Luna, comparada con la
distancia entre la Tierra y el Sol es enorme, el Sol y la Luna aparecen exactamente
del mismo tamaño desde la Tierra. Esto quizás no es una coincidencia.
Adicionalmente la Luna es capaz de eclipsar al Sol desde nuestra perspectiva.
Esto sucede dos veces al año en nuestras dos temporadas anuales de eclipse. Lo
siguiente a considerar es que sin la órbita de la Luna y su relación
gravitacional con la tierra, nuestro día de veinticuatro horas no existiría. En
vez de eso la Tierra giraría sobre su eje en apenas ocho horas y no
recibiríamos el contraste de luz y oscuridad o día y noche.
Muchos de los que
proponen una visión masculina basada en lo solar del progreso hacia la
“unidad”, la “singularidad”, la “iluminación”, o la trascendencia de lo
material y el ego, les gusta señalar que la luz de la Luna (que
representativamente se desvanece como el ego) es solo un reflejo de la luz
permanente del Sol. Debido a que la Luna no tiene la propiedad de “dar” luz se
considera “bajo la tutela” del emperador masculino: el Sol. Pero esta es una
visión limitada. Sin la alternancia de oscuridad y luz en el día de
veinticuatro horas, creada por la mera presencia de la órbita de la Luna, el
calor del Sol sería demasiado constante y demasiado intenso para procrear y
sostener vida en nuestro planeta. Al menos para nuestro lugar en el cosmos,
para que la vida eche raíces, se desarrolle y florezca, una alternancia de
oscuridad y luz es necesaria. La Luna es, por lo tanto, no solo un objeto
reflectante en el cielo, que por casualidad resulta ser del mismo tamaño que el
Sol. En vez de esto, la Luna y el ego, en términos astrológicos, es algo así
como un diseminador integral, cultivador, alimentador, contenedor y guía del
proceso de cómo la luz y la energía indiferenciada (el Sol/espíritu) toman
forma y evolucionan. Al degradar los movimientos cíclicos, efímeros y atados al
tiempo de la Luna, en comparación con la luz estable del Sol, fallamos en
reconocer la naturaleza necesaria de la oscuridad y la noche hacia la luz y el
día.
¿Cómo se traduce la
jerga astrológica en términos humanos? Dicho simplemente, nuestro verdadero ser
no es simplemente el principio solar. Nuestro verdadero SER es una unión
integral de nuestro ser inferior y nuestro ser superior. Cuando hablamos del
“ego” entonces, tenemos que ser respetuosos.
Considerando el destino de la arrogancia solar
Dédalo e
Ícaro
En la historia de Dédalo e Ícaro, el inventor
Dédalo crea un par de alas de cera y su hijo Ícaro las usa para volar tan alto
como puede hacia el sol. Volando tan alto, las alas de cera de Ícaro se
derriten y vuelve estrellándose contra la Tierra, hacia el océano.
Prometeo
En la historia del
titán Prometeo, tenemos otra historia de orgullo solar. En su heroica angustia,
Prometeo toba el fuego de los dioses y se lo da a los hombres pero en su camino
fuera del monte Olimpo es capturado por los dioses y encadenado a la tierra, en
el costado de un precipicio. Es consolado por los espíritus de la naturaleza
mientras sufre día y noche hasta que un ser inmortal, Chiron, eventualmente
toma su lugar.
Lucifer
En la historia
bíblica del ángel dador de la luz más brillante, Lucifer, encuentra un destino
similar al de Ícaro y Prometeo. Queriendo ser igual de Dios en las alturas,
Lucifer es arrojado a la tierra donde se vuelve el rencoroso diablo.
En cada una de estas
historias mitológicas, el deseo de ser igual a Dios, pugnar por cierta forma de
trascendencia singular o solar del cuerpo y lo terrenal, siempre termina en un
castigo terrenal. Cuando pugnamos por la igualdad y la singularidad somos
arrojados de vuelta a la Tierra, no solo porque es el lugar en el que la
singularidad y la igualdad ya existen de antemano, sino también porque es el
suelo fértil donde estas están en constante evolución. El Reino de los Cielos,
desde este punto de vista, está aquí mismo, frente a nosotros. Si tratamos de
volar alto, arriba de nuestra realidad atada a la tierra, entonces sufrimos en
destino de los rebeldes divinos y nos volvemos diablos rencorosos.
Muchas corrientes actuales
de pensamiento religioso en nuestro planeta, ya sea en la forma de las iglesias cristianas
evangélicas, de las musulmanas fundamentalistas del medio oriente, de movimientos políticos y económicos
modernos o el movimiento new age global, son inmensamente solares y singulares
o reduccionistas en su visión de la evolución ( es decir, que son simplistas en
sus visiones acerca del porque estamos aquí, de dónde venimos y hacia dónde
vamos o lo que debemos hacer como individuos o como especie).
Un impulso solar
desbalanceado tiende a reducir todo a respuestas absolutas, únicas o finales
acerca de los que es o no es valioso. Un impulso solar desbalanceado trata de
trascender o escapar del proceso de eterno desplegamiento de realidad material
que se desarrolla aquí mismo ante nosotros. Un impulso solar desbalanceado
trata de romper las viejas las formas pero no sabe como construir otras nuevas.
Estas tendencias también son el lado
oscuro de la innovadora y rebelde era de Acuario a la que recientemente
hemos entrado. Progreso, rebelión, iconoclasia y pensamiento singular y la
deconstrucción de las viejas formas saturnianas pueden ocurrir frecuentemente
sin un entendimiento saludable de lo que estamos tratando de pro-crear a través
de nuestros actos de rebeldía o progreso.
Adicciones solares
y estados alterados
La verdad es que la
mayoría de nosotros, de niños, somos inmensamente solares por naturaleza. Venimos
al mundo en contacto profundo con ser eterno (hecho de polvo de estrellas).
Mientras crecemos la realidad de nuestro ser lunar limitado aparece y en acto
de balance entre nuestro Sol y nuestra Luna comienza. Actualmente, tal vez no
tengamos mejor aliado en nuestro planeta para lograr esta integración que los
ritos de iniciación. Durante un rito de iniciación un participante es guiado
ceremonialmente a través de una reconstrucción microcósmica de su propia
muerte, solo para poder renacer. Con este proceso del ego reconociendo sus
propios límites, rindiéndose a su propia naturaleza cíclica y atada al tiempo, para
luego renacer con una nueva conciencia de su participación en la vida eterna
(el ser solar), puede dar paso a un nuevo SER integrado. SER con S mayúscula.
El SER integrado,
es por lo tanto, una abrazadera entre el ego (nuestros ser atado al tiempo) y
el espíritu (nuestro ser eterno). El punto es que no hay una buena razón para
asumir que solo porque las formas son temporales no son sagradas. El ser
superior en nosotros a menudo odia estar confinado o definido en formas, y el
ser material en nosotros a menudo odia ser llevado fuera de su hogar familiar o
seducido a la ilimitada libertad del ser superior.
La Libertad, la
verdadera libertad, es quizás en última instancia, encontrada en la aceptación
y el equilibrio. Muchas personas, cuando escuchan esto, saltan a la conclusión
de que esto restringe nuestro ímpetu de cambiar el mundo o cambiar nosotros
mismo para mejor. Esto es una refutación solar, pero no es un remedio o una
respuesta un “problema” universal. Algunas veces el cambio ocurre mediante la
ambición, la rebeldía y la cruzada. Y algunas veces el cambio sucede a través
del rendirse y sufrir. ¡La encarnación es un acto de balanceo viviente!
El problema,
(trayendo de vuelta ahora el asunto del ayahuasca y/o los estados alterados de
conciencia en general) es que los estados alterados de conciencia abren mundos
superiores que contienen gran poder y libertad sobre los mundos inferiores. Muchas
personas que toman ayahuasca se vuelven adictas a descargar la información
superior o a la libertad experimentada durante los estados alterados. Aquí
algunos signos que podrían ser indicativos de una adicción a los estados
alterados:
Tres señales de que
podrías ser adicto a los estados alterados
1.
Si es capaz de
tomar ayahuasca o alterar tu estado de conciencia regularmente pero persistes en
conductas no saludables cuando regresas de los estados alterados que disfrutas
Muchas de las
personas que toma ayahuasca o alteran sus estados de conciencia regularmente
son, por ejemplo, adictos a la marihuana y carecen de una motivación saludable
a trabajar en algo que contribuya prácticamente al bienestar de la humanidad.
De hecho, durante estos años he sido testigo de serias adicciones a la
marihuana entre los líderes de muchas comunidades medicinales. Una cosa es
disfrutar un sagrado hit de vez en cuando, pero otra es cuando se vuelve una
forma de vida regular. Cualquier estilo de vida que necesite estar “arriba” con
regularidad, podría no estar integrado con la dimensión lunar, terrenal de
nuestro cuerpo. Después de todo, ¿cómo podemos integrar si nunca bajamos antes
de volver a subir?
En segundo
lugar, he observado en mí mismo y en muchos chamanes o participantes regulares
de ceremonias chamánicas, la habilidad, adquirida con el tiempo y la práctica,
de trascender los aspectos purgativos de la medicina a pesar de mantener una
dieta nada saludable, consumir alcohol regularmente y mantener otras conductas
perjudiciales. Cuando recién empecé a tomar la medicina, mis acciones se
correlacionaban directamente con la cantidad de purga que enfrentaba durante
las sesiones. Con el tiempo, este balance corporal se desvanece en los
consumidores regulares de medicina, sugiriendo que quizás el cuerpo se está
volviendo inmune a los aspectos “medicinales” de la “medicina”. El cuerpo puede
aprender como subir y subir, trascendiendo la realidad de la enfermedad
presente abajo, en el ego y el cuerpo (¡que es de lo que se supone que trata la
medicina justamente!)
2. Si disfrutas vivir en comunidades medicinales o de
estados alterados o participar constantemente, pero no eres capaz de
relacionarte bien con los demás fuera de ellas
He presenciado una
enormemente ingenua cualidad en mí mismo que ha venido a mi atención
recientemente, durante los últimos años, y honestamente, he notado la misma
cualidad en muchas de las comunidades medicinales/de estados alterados. Hay un
“nosotros” versus el mundo “no iluninado” o “inconciente” que está mentalmente
“allá afuera”. Esta mentalidad escorpio/acuariana de grupo/culto, en el peor de
los casos, puede ser similar a una mafia new age. Los crímenes son organizados,
actos psíquicos contra la humanidad y el status quo. Algunas veces hacemos la
escandalosa suposición de que el estado de cosas afuera y por encima el mundo
terrenal es esencialmente “mejor que” lo que está sucediendo precisamente aquí
en la Tierra. Podemos creer que confiar en la suerte o en el estado actual del
mundo material es pereza, pero no nos detenemos a considerar seriamente la idea
de que podríamos ser adictos a las visiones solares de lo alto.
3. Si vienes de un pasado herido, no puedes completar
los procesos, tus visiones a menudo se desmaterializan, y estás luchando por sobrevivir
haciendo algo que ames hacer.
Esta última es difícil ya que es algo con lo
que yo mismo he luchado muy profundamente. Luego de asesorar a muchos clientes
en el pasado a través de la astrología, he llegado a aprender que el desbalance
solar new age, a menudo se manifiesta en personas que tienen ideas
maravillosas, creatividad artística y temas ambiciosos para proponer, pero que
carecen del conocimiento práctico de cómo hacer para construir resultados
sostenibles en el tiempo. Los resultados requieren trabajo duro. Requieren que
nos ensuciemos las manos y a menudo también requieren sacrificios corporales. He
encontrado una ética de trabajo bastante débil tanto
en mí mismo como en las comunidades new age. Si vamos de una visión o de un
trip a otro y nunca bajamos a arar el suelo y ganar perspectiva de la tierra,
el ego y la dualidad, entonces nada de lo que hagamos echará raíces. Admito que
hay un valor en la libertad del espíritu sagitariano de revelaciones
psicodélicas, elevadas aspiraciones, filosofante, tamborilero y danzarín, pero también hay un
karma marcadamente predecible alrededor de este optimismo juvenil y festivalero.
Mientras uno va envejeciendo Saturno aparece, hay una cierta amargura que se va
acumulando en las fronteras de nuestra personalidad, como las conchas en los
peñascos y los muelles. El dogma[3],
irónicamente se convierte en hipocresías materialistas y desencantamiento, o
aún peor, desmembramiento de la personalidad, el acto de la Luna sucede
mientras la realidad del ego se asienta. No siempre, pero a menudo, hay algo altamente
patológico acerca de las personas que buscan libertad infinita y estonuras
destructoras del ego.
Reevaluando lo
Solar
He sido bastante
duro con lo solar en este artículo a riesgo de sonar demasiado santurrón. Mi
propósito no es condenar los estados alterados, la ayahuasca o el new age. Sigo
participando semi-regularmente en ceremonias medicinales y creo que los estados
solares/alterados pueden ser inmensamente valiosos para nuestro desarrollo. El propósito
de este artículo ha sido meramente mencionar lo que siento que es un
dogmatismo/solar irónico e inconsciente en el movimiento new age.
Necesitamos
liberarnos de la idea de que la evolución es solo movernos por encima de la
dualidad. Necesitamos liberarnos de la idea de que lo que es mortal es maligno.
Necesitamos liberarnos de la idea de que lo es que está abajo no es necesario y
necesitamos cultivar un imaginario más integrado de nosotros mismos en el
universo.
Para mí, la mejor
filosofía solar y/o los mejores estados alterados, no solo nos liberan de
nuestro ego sino que simultáneamente reviven nuestra necesidad de una
participación saludable del ego en el cosmos.
El ciclo de Venus concluido
Después de ocho
años, luego de doscientos cincuenta viajes psicodélicos, mientras Venus en su ciclo de ocho años ha dibujado una nueva flor de loto en el cielo, eclipsando
al Sol dos veces durante este ciclo por primera vez en cien años, he aprendido
estas mismas lecciones en mi propia vida.
Actualmente estoy
aprendiendo a dejar ir mi dependencia a los intensos estados solares de conciencia o motivación. Comparto todo
esto con emoción pero soy consciente de que este “desbalance” generalmente en
el “new age” podría no ser tan pronunciado como yo lo veo o experimento. Podría
estar proyectando tremendamente mi propia personalidad. Al mismo tiempo sé que
este mensaje llegará a quienes puedan necesitarlo.
Ofrezco mi gratitud
al planeta Venus por la consumación de su reciente ciclo histórico especial,
este 2012. Para los mayas, el ciclo de Venus era representativo de la unión
entre los mundos superior e inferior.
[1] Movimiento retrógrado es el movimiento opuesto al directo, y se define como:
§ La rotación de un cuerpo en sentido horario, visto desde encima del polo
Norte solar.
§ El movimiento de un cuerpo en su órbita , en sentido horario, visto desde
encima del polo Norte solar.
§ El movimiento de Este a Oeste de un astro en la esfera celeste, visto mirando hacia el Sur.
[2] through doing every possible thing imaginable that the
ego/lower self could desire to do that is based in separateness
[3] La
búsqueda vehemente de lo solar
Interesante perspectiva de análisis de los grupos new age. Joa Nete es un grupo donde confluyen diferentes tipos de personas y además sirve para que se puedan postear imágenes y mensajes que den un poco de aliento al día a día que a veces parece que nos va a devorar. Es necesario sin embargo que haga algunas apuntes sobre este post. Este post no habla específicamente de la ayahuasca, pero si la toma como hilo conductor para poder expresar ideas astrológicas y perspectivas acerca de los estados alterados. En la primera parte el autor hace uso de una forma de análisis que está de moda con películas como El código Da Vinci y otras del mismo corte. En estas el argumento recurre a la simbología y a la historia de las religiones para estructurar una historia de manera que herméticamente parece absoluta y concluyente con muchos argumentos. La falencia de esta metodología argumentativa es que no diferencia categorías para justificar el discurso construido. Es decir, alinear arbitrariamente el sol con un “espíritu superior”, en concordancia con estados de los planetas y llevarlos a arquetipos (al parecer jungeanos) que nos llevan a la adición a los psicotrópicos (a secas) es una aventura que no corresponde al mundo indígena, ni a su cosmovisión, ni a un espacio práctico, desde donde se han construido los pilares para la sabiduría que la medicina ayahuasca nos ofrece. Encuentro razón en todos los puntos de crítica hacia los grupos new age, y a hippies que buscan la paz y la iluminación sobre nubes de marihuana y otras “experiencias”, es interesante poder adentrarnos en la lógica astrológica, pero no pertenecen tales procesos al mundo de la Madre Oni “per se”.
ResponderEliminarDesde otra perspectiva, la perspectiva indígena, la ayahuasca es una forma de vida. El ser un chamán es una bendición y se justifica con dietas y vida retirada sin dejar de ser seres humanos al final. Definitivamente la ética del trabajo de los grupos que mencionas es laxa y no concreta en el mundo representado acciones que construyan la paz y la elevación que tanto proclaman.
Los seres mitológicos, como Prometeo o Ícaro, corresponden a arquetipos que distan mucho de la historia de Lucifer. Para empezar la Hélade, imaginó estas mitologías en una cosmovisión más cercana a Eleusis, Orfeo y demás visiones herméticas, de temporalidad circular y que buscaban en estos hechos momentos fundacionales y sobretodo eternidad. La imagen de Lucifer pertenece la historia para la religión judeo-cristiana (y romana), es lineal, y avanza desde el tiempo del edén al tiempo del juicio final.
Haciendo un paralelo forzado lo que todos buscan es sabiduría.
La ayahuasca es la puerta al repertorio de sabiduría más antiguo que existe: La naturaleza. Dentro de la madre Oni existen espirales de información que expresan al universo para el que busca su camino de manera devota y que por exigencia debe de practicar interculturalmente la cultura indígena. Existen muchos caminos para la iluminación y actualmente hay muchas posturas que quiere unificar todas las medicinas y llevarlas a un coctel de alucinógenos en busca de una eterna sanación que no tiene cuando acabar.
La Ayahausca y el mundo de los espíritus del bosque es una planta celosa. Muy exigente, y que además acompaña y protege a los que con devoción servimos al propósito final, llevar la medicina del amor y del perdón a todos los corazones. El espíritu de la camalonga, del tohé, de la catahua, del tabaco, de la chacuruna, son seres con quienes el chamán indígena convive, así como con los chaikuni, los espríritus del agua y con la gran Ronin tsoma. En este mundo de plantas y espíritus la sabiduría está en permanecer como un árbol enhiesto y vivir una cosmovisión que si bien es cierto se abre al mundo occidental, pero que no debe cargar con los excesos que el hombre de occidente pervierte en nombre de “los paraísos artificiales” (a la manera de Baudelaire). La Ayahuasca pertenece al mundo indígena y debe ser entendido como tal, de la misma manera hay que proteger a sus guardianes y chamanes.
Joa Nete
fue perfecta tu explicación.
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