Importante

jueves, 4 de octubre de 2012

Adicción al ayahuasca y el ego

Esta es la traducción de un ensayo de Adam Elenbaas que tomé de aquí. Espero que les sea de utilidad, sobre todo a mis compañeros de viajes. Ayahuasqueros valientes, amigos a los que tanto les debo. Este post es en agradecimiento por todo lo que me han dado en este cortísimo tiempo. 


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Hace ocho años, mientras Venus eclipsaba al Sol en su movimiento retrógrado[1] por el signo de Géminis, empezaba mi camino psicodélico. Tuve una experiencia con hongos en una fiesta que había organizado. La experiencia me abrió hacia la profundidad de mi propia psicología y el aliento del cosmos. Irónicamente, esto terminó con mi adicción a otras sustancias y expandió mi imaginación y mi sentido de lo que era posible para mí y para la realidad en general.  En los meses siguientes, mientras Venus continuaba su tránsito retrógrado (sin que yo lo supiera), me fui en un viaje mochilero a las Montañas Porcupine, al norte de Michigan con un amigo de la infancia, un géminis (mi sol natal también está en la tercera casa de géminis). Después de tripear juntos en aquel épico paisaje silvestre empezamos a explorar con psicodélicos juntos durante todo el año siguiente hasta que viajamos juntos a la Amazonía para beber ayahuasca en la primavera de 2005.  
Tomar ayahuasca fue la experiencia más extática que jamás había tenido. Mi mente, cuerpo y corazón se abrieron más allá de lo que había conocido o creído que fuera posible, incluso considerando las exploraciones psicodélicas que había realizado antes de ingresar a la selva amazónica. Sin embargo estas no eran mis primeras experiencias extáticas. Antes de mis incursiones psicodélicas había sido un drogadicto, y antes de eso había sido cristiano evangélico pentecostal, y antes de eso había crecido con un padre predicador liberal que había sido influenciado por las experiencias con psicodélicos que había tenido en sus veintes. Su interés de toda la vida por los rituales de los nativos norteamericanos, las carpas para sudar, la poesía, la mitología y la era de la música psicodélica habían estado como trasfondo a mi crianza aunque casi no había sido consciente de ello hasta mi primera experiencia con ayahuasca, cuando tenía veinticinco años.
En resumen, mi vida entera ha estado profundamente impregnada de estados de conciencia “místicos”, “extáticos” y “transformacionales”. Ciertamente, si algo me han mostrado estas experiencias “cumbre” son ambos aspectos, los oscuros y los luminosos, de la mentalidad místico/religiosa. Recientemente, en junio pasado, Venus ha completado su ciclo de ocho años de movimiento retrógrado por el signo de Géminis, llegando a donde estaba hace ocho años cuando comenzaba mis viajes psicodélicos, eclipsando por segunda vez al Sol (estos eclipses solo suceden cada cien años). Me he dado cuenta de que muchas verdades derivadas de estados de conciencia alterada, especialmente aquellos que desean eliminar o matar el ego, a menudo reflejan estados patológicos o kármicamente enredados, únicos en las personas que gravitan alrededor de experiencias extáticas en general.
El Ego y la Luna, el espíritu y el Sol 
En el campo de la astrología evolucionaria, como en muchas otras tradiciones religiosas/espirituales, se habla mucho sobre nuestras sucesivas encarnaciones que ocurren debido a un primitivo “deseo de separación” que, como los conceptos de pecado, la caída del hombre o el estado de maya (ilusión), se relacionan a la dualidad. Desde este punto de vista, cada uno de nosotros estamos en un estado temporal (un estado engañoso, ilusorio) de separación de la verdadera fuente de la realidad, o Dios. La meta de nuestro desarrollo evolutivo, de una encarnación a otra, es agotar este deseo de estar separados (haciendo todo lo imaginablemente posible que el ego/ser inferior pueda desear  que esté basado en el estar separado[2]). Una vez que el deseo de estar separado está agotado a nivel del espíritu nos fusionamos nuevamente a la divinidad, o la “unidad” de la cual fuimos originados.
Esta forma particular de ver la carne, el cuerpo, el ego y el ser “inferior” no es nueva. Es tan antigua como el “mundo real” de Platón, más allá de la ilusión de los fenómenos. Es tan antigua como las enseñanzas de Buda o Jesús sobre la naturaleza temporal de los placeres materiales. En la cristiandad, es tan antigua como la idea de San Agustín influenciado por Platón de la partida de la Ciudad de los Hombres hacia la Ciudad de Dios. Esta es la búsqueda esencial, mitológica de liberarse de la prisión material hacia el reino de la conciencia, y finalmente a una completa absorción con Dios. Es una antigua historia religiosa y hay mucho que decir sobre esto.
Es verdad que, después de todo, el lado oscuro de ser una criatura sintiente, de vivir con un cuerpo, es la forma en que nuestros deseos corporales pueden involucrarnos con toda clase de sufrimiento.  El miedo a nuestra propia mortalidad nos puede enviar por agujeros de conejo hacia el hambre de poder, la violencia, la codicia, la  lujuria y el miedo. Contener y cultivar la moderación del ser terrenal, el ser ligado al mundo, es algo que cada uno debe aprender a hacer. El primer problema aparece cuando asumimos que este ser “inferior” es cualitativamente diferente o “menos que” nuestro ser superior. El segundo problema  viene cuando asumimos que nuestro ser “superior” es menos capaz de sacarnos de balance que nuestro ser “inferior”.
Pero antes de ir más lejos, vamos a hacer un corto paréntesis para revisar los arquetipos del ser superior y del ser inferior como han sido presentados, generalmente a través de la historia de la astrología kármica o esotérica. En muchas escuelas de pensamiento astrológico, el Sol es considerado el arquetipo del  espíritu. Así, el Sol es representativo del ser “superior”. Desde nuestra perspectiva, a través de las estaciones, aunque la cantidad de luz se desvanece a lo largo del día de veinticuatro horas, vivamos en el hemisferio norte o sur, la cara del Sol permanece constante. Por lo tanto el arquetipo del Sol como el espíritu o el Sol como el ser superior está relacionado a lo que es eterno e invariable. El espíritu, como el Sol, vive en la singularidad y la permanencia a pesar de las vacilaciones de las estaciones o la rotación diaria de la tierra alrededor de su eje.
En contraste, la Luna ha correspondido desde hace mucho con el arquetipo de “el ego”. El ego es entonces el contrastante ser “inferior”. Desde nuestra perspectiva, cada mes, la luz de la luna se desvanece. La Luna es mutable, cíclica y atada al tiempo. El ego, similarmente es cambiante. El ego está gobernado por el tiempo y el espacio y la impermanencia del cambio (lo que implica la relación del ego con la muerte).
Muchos de nuestro filósofos espirituales y las religiones del mundo nos enseñan a liberarnos del ego, de la Luna y del ser inferior para ser más estables, singulares y eternos como el ser superior solar. ¿Pero es posible que el ser solar en realidad no sea mejor que el ser lunar? Vamos a darles una mirada a varias piezas interesantes de simbolismo astrológico sobre de la Luna.
Reevaluando lo Lunar
Desde nuestra perspectiva, aunque la distancia entre la Tierra y la Luna, comparada con la distancia entre la Tierra y el Sol es enorme, el Sol y la Luna aparecen exactamente del mismo tamaño desde la Tierra. Esto quizás no es una coincidencia. Adicionalmente la Luna es capaz de eclipsar al Sol desde nuestra perspectiva. Esto sucede dos veces al año en nuestras dos temporadas anuales de eclipse. Lo siguiente a considerar es que sin la órbita de la Luna y su relación gravitacional con la tierra, nuestro día de veinticuatro horas no existiría. En vez de eso la Tierra giraría sobre su eje en apenas ocho horas y no recibiríamos el contraste de luz y oscuridad o día y noche.  
 Muchos de los que proponen una visión masculina basada en lo solar del progreso hacia la “unidad”, la “singularidad”, la “iluminación”, o la trascendencia de lo material y el ego, les gusta señalar que la luz de la Luna (que representativamente se desvanece como el ego) es solo un reflejo de la luz permanente del Sol. Debido a que la Luna no tiene la propiedad de “dar” luz se considera “bajo la tutela” del emperador masculino: el Sol. Pero esta es una visión limitada. Sin la alternancia de oscuridad y luz en el día de veinticuatro horas, creada por la mera presencia de la órbita de la Luna, el calor del Sol sería demasiado constante y demasiado intenso para procrear y sostener vida en nuestro planeta. Al menos para nuestro lugar en el cosmos, para que la vida eche raíces, se desarrolle y florezca, una alternancia de oscuridad y luz es necesaria. La Luna es, por lo tanto, no solo un objeto reflectante en el cielo, que por casualidad resulta ser del mismo tamaño que el Sol. En vez de esto, la Luna y el ego, en términos astrológicos, es algo así como un diseminador integral, cultivador, alimentador, contenedor y guía del proceso de cómo la luz y la energía indiferenciada (el Sol/espíritu) toman forma y evolucionan. Al degradar los movimientos cíclicos, efímeros y atados al tiempo de la Luna, en comparación con la luz estable del Sol, fallamos en reconocer la naturaleza necesaria de la oscuridad y la noche hacia la luz y el día. 
¿Cómo se traduce la jerga astrológica en términos humanos? Dicho simplemente, nuestro verdadero ser no es simplemente el principio solar. Nuestro verdadero SER es una unión integral de nuestro ser inferior y nuestro ser superior. Cuando hablamos del “ego” entonces, tenemos que ser respetuosos.
Considerando el destino de la arrogancia solar
 Dédalo e Ícaro
En la historia de Dédalo e Ícaro, el inventor Dédalo crea un par de alas de cera y su hijo Ícaro las usa para volar tan alto como puede hacia el sol. Volando tan alto, las alas de cera de Ícaro se derriten y vuelve estrellándose contra la Tierra, hacia el océano. 
Prometeo
En la historia del titán Prometeo, tenemos otra historia de orgullo solar. En su heroica angustia, Prometeo toba el fuego de los dioses y se lo da a los hombres pero en su camino fuera del monte Olimpo es capturado por los dioses y encadenado a la tierra, en el costado de un precipicio. Es consolado por los espíritus de la naturaleza mientras sufre día y noche hasta que un ser inmortal, Chiron, eventualmente toma su lugar.
Lucifer
En la historia bíblica del ángel dador de la luz más brillante, Lucifer, encuentra un destino similar al de Ícaro y Prometeo. Queriendo ser igual de Dios en las alturas, Lucifer es arrojado a la tierra donde se vuelve el rencoroso diablo.
En cada una de estas historias mitológicas, el deseo de ser igual a Dios, pugnar por cierta forma de trascendencia singular o solar del cuerpo y lo terrenal, siempre termina en un castigo terrenal. Cuando pugnamos por la igualdad y la singularidad somos arrojados de vuelta a la Tierra, no solo porque es el lugar en el que la singularidad y la igualdad ya existen de antemano, sino también porque es el suelo fértil donde estas están en constante evolución. El Reino de los Cielos, desde este punto de vista, está aquí mismo, frente a nosotros. Si tratamos de volar alto, arriba de nuestra realidad atada a la tierra, entonces sufrimos en destino de los rebeldes divinos y nos volvemos diablos rencorosos.
Muchas corrientes actuales de pensamiento religioso en nuestro planeta,  ya sea en la forma de las iglesias cristianas evangélicas, de las musulmanas fundamentalistas del medio oriente,  de movimientos políticos y económicos modernos o el movimiento new age global, son inmensamente solares y singulares o reduccionistas en su visión de la evolución ( es decir, que son simplistas en sus visiones acerca del porque estamos aquí, de dónde venimos y hacia dónde vamos o lo que debemos hacer como individuos o como especie).
Un impulso solar desbalanceado tiende a reducir todo a respuestas absolutas, únicas o finales acerca de los que es o no es valioso. Un impulso solar desbalanceado trata de trascender o escapar del proceso de eterno desplegamiento de realidad material que se desarrolla aquí mismo ante nosotros. Un impulso solar desbalanceado trata de romper las viejas las formas pero no sabe como construir otras nuevas. Estas tendencias también son el lado oscuro de la innovadora y rebelde era de Acuario a la que recientemente hemos entrado. Progreso, rebelión, iconoclasia y pensamiento singular y la deconstrucción de las viejas formas saturnianas pueden ocurrir frecuentemente sin un entendimiento saludable de lo que estamos tratando de pro-crear a través de nuestros actos de rebeldía o progreso.     
Adicciones solares y estados alterados
La verdad es que la mayoría de nosotros, de niños, somos inmensamente solares por naturaleza. Venimos al mundo en contacto profundo con ser eterno (hecho de polvo de estrellas). Mientras crecemos la realidad de nuestro ser lunar limitado aparece y en acto de balance entre nuestro Sol y nuestra Luna comienza. Actualmente, tal vez no tengamos mejor aliado en nuestro planeta para lograr esta integración que los ritos de iniciación. Durante un rito de iniciación un participante es guiado ceremonialmente a través de una reconstrucción microcósmica de su propia muerte, solo para poder renacer. Con este proceso del ego reconociendo sus propios límites, rindiéndose a su propia naturaleza cíclica y atada al tiempo, para luego renacer con una nueva conciencia de su participación en la vida eterna (el ser solar), puede dar paso a un nuevo SER integrado. SER con S mayúscula.
El SER integrado, es por lo tanto, una abrazadera entre el ego (nuestros ser atado al tiempo) y el espíritu (nuestro ser eterno). El punto es que no hay una buena razón para asumir que solo porque las formas son temporales no son sagradas. El ser superior en nosotros a menudo odia estar confinado o definido en formas, y el ser material en nosotros a menudo odia ser llevado fuera de su hogar familiar o seducido a la ilimitada libertad del ser superior.
La Libertad, la verdadera libertad, es quizás en última instancia, encontrada en la aceptación y el equilibrio. Muchas personas, cuando escuchan esto, saltan a la conclusión de que esto restringe nuestro ímpetu de cambiar el mundo o cambiar nosotros mismo para mejor. Esto es una refutación solar, pero no es un remedio o una respuesta un “problema” universal. Algunas veces el cambio ocurre mediante la ambición, la rebeldía y la cruzada. Y algunas veces el cambio sucede a través del rendirse y sufrir. ¡La encarnación es un acto de balanceo viviente! 
El problema, (trayendo de vuelta ahora el asunto del ayahuasca y/o los estados alterados de conciencia en general) es que los estados alterados de conciencia abren mundos superiores que contienen gran poder y libertad sobre los mundos inferiores. Muchas personas que toman ayahuasca se vuelven adictas a descargar la información superior o a la libertad experimentada durante los estados alterados. Aquí algunos signos que podrían ser indicativos de una adicción a los estados alterados:
Tres señales de que podrías ser adicto a los estados alterados
1.      Si es capaz de tomar ayahuasca o alterar tu estado de conciencia regularmente pero persistes en conductas no saludables cuando regresas de los estados alterados que disfrutas
Muchas de las personas que toma ayahuasca o alteran sus estados de conciencia regularmente son, por ejemplo, adictos a la marihuana y carecen de una motivación saludable a trabajar en algo que contribuya prácticamente al bienestar de la humanidad. De hecho, durante estos años he sido testigo de serias adicciones a la marihuana entre los líderes de muchas comunidades medicinales. Una cosa es disfrutar un sagrado hit de vez en cuando, pero otra es cuando se vuelve una forma de vida regular. Cualquier estilo de vida que necesite estar “arriba” con regularidad, podría no estar integrado con la dimensión lunar, terrenal de nuestro cuerpo. Después de todo, ¿cómo podemos integrar si nunca bajamos antes de volver a subir?
 En segundo lugar, he observado en mí mismo y en muchos chamanes o participantes regulares de ceremonias chamánicas, la habilidad, adquirida con el tiempo y la práctica, de trascender los aspectos purgativos de la medicina a pesar de mantener una dieta nada saludable, consumir alcohol regularmente y mantener otras conductas perjudiciales. Cuando recién empecé a tomar la medicina, mis acciones se correlacionaban directamente con la cantidad de purga que enfrentaba durante las sesiones. Con el tiempo, este balance corporal se desvanece en los consumidores regulares de medicina, sugiriendo que quizás el cuerpo se está volviendo inmune a los aspectos “medicinales” de la “medicina”. El cuerpo puede aprender como subir y subir, trascendiendo la realidad de la enfermedad presente abajo, en el ego y el cuerpo (¡que es de lo que se supone que trata la medicina justamente!)
2.      Si disfrutas vivir en comunidades medicinales o de estados alterados o participar constantemente, pero no eres capaz de relacionarte bien con los demás fuera de ellas
He presenciado una enormemente ingenua cualidad en mí mismo que ha venido a mi atención recientemente, durante los últimos años, y honestamente, he notado la misma cualidad en muchas de las comunidades medicinales/de estados alterados. Hay un “nosotros” versus el mundo “no iluninado” o “inconciente” que está mentalmente “allá afuera”. Esta mentalidad escorpio/acuariana de grupo/culto, en el peor de los casos, puede ser similar a una mafia new age. Los crímenes son organizados, actos psíquicos contra la humanidad y el status quo. Algunas veces hacemos la escandalosa suposición de que el estado de cosas afuera y por encima el mundo terrenal es esencialmente “mejor que” lo que está sucediendo precisamente aquí en la Tierra. Podemos creer que confiar en la suerte o en el estado actual del mundo material es pereza, pero no nos detenemos a considerar seriamente la idea de que podríamos ser adictos a las visiones solares de lo alto.                                                                             
3.                 Si vienes de un pasado herido, no puedes completar los procesos, tus visiones a menudo se desmaterializan, y estás luchando por sobrevivir haciendo algo que ames hacer.
Esta última es difícil ya que es algo con lo que yo mismo he luchado muy profundamente. Luego de asesorar a muchos clientes en el pasado a través de la astrología, he llegado a aprender que el desbalance solar new age, a menudo se manifiesta en personas que tienen ideas maravillosas, creatividad artística y temas ambiciosos para proponer, pero que carecen del conocimiento práctico de cómo hacer para construir resultados sostenibles en el tiempo. Los resultados requieren trabajo duro. Requieren que nos ensuciemos las manos y a menudo también requieren sacrificios corporales. He encontrado una ética de trabajo bastante débil   tanto en mí mismo como en las comunidades new age. Si vamos de una visión o de un trip a otro y nunca bajamos a arar el suelo y ganar perspectiva de la tierra, el ego y la dualidad, entonces nada de lo que hagamos echará raíces. Admito que hay un valor en la libertad del espíritu sagitariano de revelaciones psicodélicas, elevadas aspiraciones, filosofante,  tamborilero y danzarín, pero también hay un karma marcadamente predecible alrededor de este optimismo juvenil y festivalero. Mientras uno va envejeciendo Saturno aparece, hay una cierta amargura que se va acumulando en las fronteras de nuestra personalidad, como las conchas en los peñascos y los muelles. El dogma[3], irónicamente se convierte en hipocresías materialistas y desencantamiento, o aún peor, desmembramiento de la personalidad, el acto de la Luna sucede mientras la realidad del ego se asienta. No siempre, pero a menudo, hay algo altamente patológico acerca de las personas que buscan libertad infinita y estonuras destructoras del ego.        
Reevaluando lo Solar
 He sido bastante duro con lo solar en este artículo a riesgo de sonar demasiado santurrón. Mi propósito no es condenar los estados alterados, la ayahuasca o el new age. Sigo participando semi-regularmente en ceremonias medicinales y creo que los estados solares/alterados pueden ser inmensamente valiosos para nuestro desarrollo. El propósito de este artículo ha sido meramente mencionar lo que siento que es un dogmatismo/solar irónico e inconsciente en el movimiento new age.
Necesitamos liberarnos de la idea de que la evolución es solo movernos por encima de la dualidad. Necesitamos liberarnos de la idea de que lo que es mortal es maligno. Necesitamos liberarnos de la idea de que lo es que está abajo no es necesario y necesitamos cultivar un imaginario más integrado de nosotros mismos en el universo.
Para mí, la mejor filosofía solar y/o los mejores estados alterados, no solo nos liberan de nuestro ego sino que simultáneamente reviven nuestra necesidad de una participación saludable del ego en el cosmos.
El ciclo de Venus concluido
 Después de ocho años, luego de doscientos cincuenta viajes psicodélicos, mientras Venus en su ciclo de ocho años ha dibujado una nueva flor de loto en el cielo, eclipsando al Sol dos veces durante este ciclo por primera vez en cien años, he aprendido estas mismas lecciones en mi propia vida.
Actualmente estoy aprendiendo a dejar ir mi dependencia a los intensos estados solares de conciencia o motivación. Comparto todo esto con emoción pero soy consciente de que este “desbalance” generalmente en el “new age” podría no ser tan pronunciado como yo lo veo o experimento. Podría estar proyectando tremendamente mi propia personalidad. Al mismo tiempo sé que este mensaje llegará a quienes puedan necesitarlo.
Ofrezco mi gratitud al planeta Venus por la consumación de su reciente ciclo histórico especial, este 2012. Para los mayas, el ciclo de Venus era representativo de la unión entre los mundos superior e inferior.




[1] Movimiento retrógrado es el movimiento opuesto al directo, y se define como:
§  La rotación de un cuerpo en sentido horario, visto desde encima del polo Norte solar.
§  El movimiento de un cuerpo en su órbita , en sentido horario, visto desde encima del polo Norte solar.
§  El movimiento de Este a Oeste de un astro en la esfera celeste, visto mirando hacia el Sur.

[2] through doing every possible thing imaginable that the ego/lower self could desire to do that is based in separateness
[3] La búsqueda vehemente de lo solar