Importante

viernes, 7 de diciembre de 2012

"El LSD como Ayuda Espiritual" de Albert Hofmann


Este post es la traducción de un ensayo de Albert Hoffmann, descubridor del LSD, publicado en Reality Sandwich. Pueden leer el original aquí. Antes de comenzar la lectura quisiera pedirles que no olviden las reglas de la casa

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LSD como ayuda espiritual


Lo que sigue fue extraído del libro Crecimiento Espiritual con Enteógenos, editado por Thomas B. Roberts, disponible en Inner Tradittions.
Albert Hoffmann, Ph.D., Dr en Farmacología y Ciencias Naturales, es mejor conocido por su casual descubrimiento del LSD y su efecto químico, identificando los principios activos de un hongo sagrado en México. Era director de investigación retirado del departamento de productos naturales en la empresa  Sandoz Pharmaceutical Ltd.en la ciudad de Basilea, Suiza. El Dr. Hoffmann era miembro de la Academia Mundial de la Ciencia, del comité del Premio Nobel, la Asociación Internacional de Investigación sobre Plantas y la Sociedad Americana de Farmacognosia. Escribió muchos artículos científicos y varios libros: La botánica y la Química de los Alucinógenos y Plantas de los Dioses con Richard Evans Schultes, El camino a Eleusis con R.G. Wasson y Carl Rusck, LSD: Mi hijo problema, y Insgth/Outlook..
Nacido el 11 de enero de 1906, Albert celebró su cumpleaños número cien con un excelente estado de salud, con cientos de admiradores agradecidos en el “Espíritu de Basilea” – una celebración por el trabajo de toda su vida – Murió dos años después el 29 de abril de 2008, cuatro meses después  de que su esposa, Anita, falleciera. Sus archivos y su legado son gestionados por Dieter Hagenbach en www.gaiamedia.org.




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El uso de soma (que es el haoma iraní) es uno de muchos ejemplos del uso religioso de drogas e intoxicantes que tienen extraños efectos psicológicos. En nuestros tiempos, Aldous Huxley ha abogado por el uso de mescalina. Las extrañas y glorificantes propiedades de estas plantas y preparados le han dado al hombre una elevada experiencia religiosa, una ventana, por así decirlo, a un mundo que normalmente está más allá del alcance de los monótonos sentidos.
Ninian Smart, La Experiencia Religiosa de la Humanidad, 1984

Antes de empezar a contar sobre el rol que ha tenido el LSD en mi desarrollo espiritual, es apropiado hacer algunos apuntes generales sobre este especial psicofármaco.


El LSD no es producto de una investigación planificada. No estaba buscándolo, el vino a mí. Esto significa para mí, que una autoridad mayor pensó que ahora era necesario proveerle a la humanidad una ayuda farmacológica adicional para su crecimiento espiritual.
El LSD no es una sustancia sintética de laboratorio. Después del descubrimiento de que las amidas del ácido lisérgico y el ácido lisérgico hidroxietilamida (cercanamente emparentado con el ácido lisérgico dietilamida) son los principios activos[1] del Ololiuqui, una antigua planta sagrada de los indios mexicanos; el LSD tiene que ser considerado como perteneciente al grupo de las drogas enteógenas naturales de Centroamérica.
Estas dos características del LSD legitiman su uso en un contexto religioso.
Ahora, voy a contar como el LSD fue una ayuda espiritual para mí, y como influencia mi forma de ver el mundo[2].
Después de mis primeras experiencias con LSD, la pregunta surgió para mí: ¿Cuál es la verdadera, la imagen del mundo como la percibimos con conciencia del día a día o la abrumadora visión bajo los efectos de enteógenos?
Esto me causó que analizara lo que conocemos acerca del mecanismo con el que percibimos la realidad.
La percepción presupone a un sujeto que percibe un objeto que es percibido. En las relaciones humanas el sujeto que percibe es el ser humano individual, más exactamente, su conciencia, y el objeto percibido es el mundo material exterior.
Es de la mayor importancia estar concientes del hecho de que el mundo exterior consiste, objetivamente, en nada más que materia y energía.
Con el fin de hacer visible el mecanismo de nuestra realidad siendo experimentada[3], he elegido una metáfora de la televisión. El mundo material funciona como una transmisor, emanando señales ópticas, acústicas, gustativas, olfatorias y táctiles que son recibidas por la antena, por nuestros órganos sensoriales, ojos, oídos, lengua, nariz y piel, y son conducidas de ahí a su centro correspondiente en el cerebro, al receptor. Luego, estas señales materiales y energéticas son transformadas en el fenómeno espiritual de ver, oír, saborear, oler y tocar. Uno no sabe como esta transformación de impulsos materiales y energéticos hacia la dimensión psíquica de la percepción, se lleva a cabo. Esto incluye el misterio de la conexión entre el mundo material y espiritual.
La metáfora del transmisor-receptor de la realidad, hace evidente que la imagen del mundo exterior cobra existencia en el interior, en la conciencia del individuo.
Este hecho fundamental significa que la pantalla en la el colorido mundo es percibido no está fuera sino en el espacio interior de cada ser humano. No hay colores, ni sonidos, ni sabores, ni olores en el mundo exterior. Todos cargan en sí mimos su propia imagen del mundo, una imagen creada por su receptor privado. No hay una pantalla común afuera. Esto nos vuelve completamente concientes del poder creador (cosmogenético) concedido a cada ser humano.
Antes de hacer uso de estas consideraciones para explicar la habilidad del LSD y los otros enteógenos de cambiar la experiencia de la realidad, nuestro conocimiento de la esencia de la conciencia debe ser revisada.
La conciencia desafía una definición y explicación científicas; ya que es lo que se necesita para contemplar lo que ella misma es. Solo puede ser circunscrita a ser el centro receptivo y creador del ego espiritual, que tiene las facultades de percibir, pensar y sentir, y que es el asiento de la memoria.
Es de fundamental importancia ser concientes de como la conciencia se origina y se desarrolla.
El humano recién nacido posee, solamente la facultad de percibir – posee, o más correctamente, ES este núcleo místico de la vida. Posee – para usar de nuevo la metáfora de la televisión – un disco en blanco, donde el estimulo proveniente del mundo exterior es transformado en imágenes y sensaciones que pueden ser almacenadas en la memoria, proveyendo el lugar de trabajo para el pensamiento. Sin estas señales del exterior, ninguna conciencia se podría desarrollar.    
Hay un consenso común sobre que la evolución de la humanidad es paralela al incremento y la expansión de la conciencia. A partir de lo descrito sobre el proceso de cómo la conciencia se origina y se desarrolla, se vuelve evidente que su crecimiento depende de su facultad de percepción.
Por lo tanto se deben usar todos los medios disponibles para mejorar esta capacidad.
Las características de los enteógenos, su facultad de mejorar la percepción sensorial, los convierten en ayudas inestimables en el proceso de la expansión de la conciencia.
Fue el LSD, el enteógeno más potente[4], el que, para usar el famoso verso de Blake, limpió las puertas de mi percepción y me hizo ver todo como era, infinito.   
Durante mi niñez experimenté espontáneamente algunos de esos momentos dichosos cuando el mundo aparecía de pronto bajo una luz nueva y brillante, y tenía la sensación de estar incluido en su belleza indescriptible y maravillosa. Estos momentos permanecieron en mi memoria como experiencias extraordinarias de felicidad indecible, pero solo después del descubrimiento del LSD pude aprehender su significado y su importancia existencial.
Como mencioné al inicio de este corto ensayo, fueron mis experiencias con LSD las que causaron que reflexionara acerca de la esencia de la realidad. Las perspectivas[5] que recibí, así descritas, aumentaron mi asombro acerca de la maravilla de la existencia, de la que nos volvemos concientes en momentos iluminados.    


Teaser image by Peter Kaminsky, courtesy of Creative Commons license.




[1] En el texto:  principio enteógeno
[2] En el texto aparece entre paréntesis: (Weltanschauung)
[3] En el texto: In order to make conspicuous the mechanism of our experiencing reality
[4] El enteógeno más potente que existe en la actualidad es el 5-MeO-DMT
[5] En el texto: insights 

1 comentario:

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    (9) Detener el divorcio.
    (10) Invocación de rituales monetarios.
    (11) ganar elecciones

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