La aparición de partidos web podría
ser la señal de que una nueva era llega para la política en el mundo. Estos incorporan procesos abiertos, horizontales, no jerárquicos,
asociados a la filosofía del software libre y a la experiencia de movimientos
sociales como el 15M.
“El partido es una plataforma, no una postura
ideológica” “El partido es una herramienta usada para convertir la estructura
“uno para muchos” en una conversación de “muchos a muchos” “El partido debe ser
un movimiento y una estructura a la vez” “El partido apunta a desarrollar un
método, no una ideología”. Estos no son simples slogans de campaña, son
manifiestos que definen la esencia del Wikipartido (México), el Partido de la Red (Argentina), la Rede Sustentabilidade (Brasil) y el Partido X (España).
Todos han aparecido hace muy poco y juntos plantean muchas preguntas nuevas a
los planteamientos fundamentales de la democracia representativa. Sartori, en
la lección II de su libro 30 Lecciones sobre Democracia habla de la ENORME
diferencia entre la democracia original, la griega, en la que se deliberaba en
asambleas de un promedio de dos mil hombres (las mujeres y los esclavos no
participaban) y la democracia actual que involucra a millones de personas.
Mucho se ha hablado de cómo la
televisión cambió la dinámica de los partidos y existe una gran cantidad de
libros sobre democracia 2.0 y gobierno electrónico. A pesar de esto, y de que
los partidos se siguen debilitando, todos están ocupados en exponer los
defectos de sus adversarios, tratando de que su forma de pensar sea la “opción
de las mayorías” sin verse a sí mismos como parte del problema. Por supuesto que hay esfuerzos de renovación en los partidos.
Los que son más democráticos –o intentan serlo- tienen sectores empeñados en
promover la renovación de sus cuadros. Pero quizá el problema de los partidos y
de la evidente precariedad de la democracia representativa tiene su solución en
algo más profundo, algo que los partidos web parecen haber entendido. Quizás el
problema es que la estructura misma de los partidos tradicionales es obsoleta. No
sus posturas políticas, que cambian de acuerdo a las preferencias electorales,
sino su misma forma de ser. Antonio Gutiérrez Rubí, señala que el trabajo del día a día de los partidos tradicionales se hace cada vez menos estimulante para la mayoría de los ciudadanos.
¿Por qué la política está llena de ególatras y corruptos? Porque la gente que realmente está dispuesta a invertir su tiempo en ayudar a los demás prefiere formar sus propios colectivos o hacer voluntariado. Mientras que organizaciones no partidarias y ong’s se inclinan cada vez más al co-working como método, los partidos tradicionales siguen haciendo sus chocolatadas navideñas, siguen administrando sus viejos menús populares y sus cortes de pelo de tres cincuenta (micropopulismo). El resto es trabajo de base, pero por varios motivos que son mucho más complejos de explicar, este trabajo casi no se traduce en militancia partidaria.
¿Por qué la política está llena de ególatras y corruptos? Porque la gente que realmente está dispuesta a invertir su tiempo en ayudar a los demás prefiere formar sus propios colectivos o hacer voluntariado. Mientras que organizaciones no partidarias y ong’s se inclinan cada vez más al co-working como método, los partidos tradicionales siguen haciendo sus chocolatadas navideñas, siguen administrando sus viejos menús populares y sus cortes de pelo de tres cincuenta (micropopulismo). El resto es trabajo de base, pero por varios motivos que son mucho más complejos de explicar, este trabajo casi no se traduce en militancia partidaria.
Pero los principales aportes de los partidos web
son sus filosofías y métodos de deliberación, el Partido de la Red, por
ejemplo, se define a sí mismo como #redhumana sin un centro, que comparte
conocimiento, experiencia y sabiduría. El Wikipartido dice querer funcionar
como exactamente como Wikipedia. Ahora, su falta de una ideología clara es
vista como una debilidad frente a los partidos tradicionales[1]. No ser ni de izquierda ni
de derecha, siempre se ha entendido como ser de centro, o anarquista o
apolítico; en la nueva lógica de la organización no jerárquica puede significar
algo completamente diferente (“El partido apunta a desarrollar un método, no
una ideología”). Un fragmento del Manifiesto Web del Partido de la Red resume bien lo que trato de decir:
los #Pares no se reconocen por su consumo. Se
encuentran para cooperar y no para competir
los #Pares son plurales: no se rigen por una
lógica antagónica, buscan la síntesis en lugar de desplazar al otro
la revitalización de la Democracia consiste en potenciar el rol de
los #Pares dentro del sistema
no hay #Pares apáticos si se favorece la circulación
del poder
El objetivo es ambicioso, no se trata de
encontrar un gran sistema de respuestas a todos los problemas de la sociedad,
sino de vencer primero el antagonismo como eje de la cultura política. Así pues, el debate en sentido estricto queda
relegado bajo la potencia del diálogo. Los partidos tradicionales siempre
declaran haber alcanzado este nivel de deliberación. No es cierto, la política,
hasta ahora ha sido competencia por el poder. ¿Podrán cambiar esto los partidos
web? Quizás no, pero es urgente hacer reformas en este sentido o la agonía de
lo político nos seguirá pasando la factura.
[1] Debilidad
que me parece injustificada sobre todo en Latinoamérica donde los
representantes de la Democracia Cristiana defienden medidas liberales, el
aprismo firma TLC’s y la izquierda promueve la inversión privada.
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