Importante

viernes, 7 de septiembre de 2012

El Guerrero de la Matrix - III

Esta es una traducción de los fragmentos que consideré más útiles del libro The Matrix Warrior - Being the One de Jake Horsley. Un autor muy interesante. Tiene un blog en PijamaSurf que pueden seguir aquí

Por el tipo de lectura que viene me parece importante pedirles que lean nuestro primer post. Si lo hacen y siguen sus recomendaciones es posible que noten una tendencia de la mente de no pensar sobre sí misma sino de proyectar hacia los demás todas las "verdades" que pueda ir aceptando durante la lectura, escapando de la posibilidad de ser transformada por la voluntad. Consideren esto pero por favor, no me crean nada, experimenten con la lectura que trata este mismo tema en extenso. Buen viaje.


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Empowerment - Alex Grey

Reglas de empoderamiento: cómo desconectarse uno mismo

Primera regla: Todo lo que hay en la matrix está ahí para ser usado

Al contrario que los humanos conectados, los guerreros de la matrix[1] son indiferentes a las externalidades salvo y en la medida en que ellas reflejan o provocan algún proceso interno. Todo lo que sucede a los guerreros dentro de la matrix es parte de un diseño. Ya que entienden que el mundo-matrix de la razón está diseñado únicamente para engañar, entrampar y restringir sus movimientos, no toman ninguna de sus actividades a pecho. Los guerreros no creen en nada de lo que ven pero actúan como si  fuera real. Esto cancela la obsesión y la angustia. Al mismo tiempo, como saben que la matrix está usando su mente como plantilla, ellos aceptan la responsabilidad de haber creado las circunstancias que los frustran u oprimen, cualquiera sean estas, y así vuelven cualquier problema en un reto: una oportunidad para probar su destreza e ingenuidad. Como los guerreros de la matrix viven en un mundo de sueños, cada evento, no importando cuan insignificante sea, lo reciben como una comunicación, una señal o un augurio, con el cual calcular su siguiente movimiento. Los guerreros de la matrix proceden estratégicamente en todo momento. Ya que viven en un ambiente predatorio, actúan acorde a esto. Toda circunstancia está para hacer uso de ella. Al mismo tiempo, su falta de apego les permite andar con ligereza, y nunca abusar de una oportunidad  o rechazar un desafío como “indeseable” o “por debajo” de ellos. Como la matrix es su digno oponente y tirano compasivo[2] al mismo tiempo, nunca dejan de estar agradecidos por todos sus peores esfuerzos para dominarlos. La esencia de la guerra, después de todo, es conocer al enemigo.

Segunda regla: El guerrero de la matrix nunca se compara a sí mismo con nada y nunca toma nada personalmente

Como saben que nada de lo que sucede en la matrix es real, los guerreros de la matrix no se toman nada a pecho[3]. Nunca se prestan a los lastimeros juegos de poder de sus congéneres humanos conectados, ni intentan competir con ellos a su nivel. El hacerlo implicaría aceptar que la matrix es real y rendirse a sus reglas y dictámenes. El guerrero de la matrix se aleja del juzgamiento, es el alma de la tolerancia y la paciencia. Sin embargo, en el caso que los humanos conectados trataran de usurpar algo del tiempo o la energía de un guerrero de la matrix, o trataran de forzarlos a “enfrentarlos”  a su nivel, los guerreros los destruirán sin pensarlo dos veces. Ellos no son reales en ningún caso. Nunca nadie le “hace” “algo” a un guerrero de la matrix. Siempre que tengan seguridad de sus propias acciones, siempre que se mantengan pegados a su estrategia todo el tiempo, ni los eventos “adversos”, ni interferencias o resbalones son posibles. Ya que los humanos son proyecciones de la mente colectiva de la inteligencia artificial – que los guerreros de la matrix entienden que está operando a través de sus propias percepciones individuales-. Los guerreros ven a todos y a todo lo que está dentro de la matrix como una proyección de su propia conciencia. Como tal, como dentro de un sueño, todo es un espejo. Cualquier cualidad que se manifieste en su esfera se vuelve un medio para erradicar esta misma cualidad de sí mismos. Ya que todo es una extensión de ellos mismos, y ya que estos “mímismos” no existen[4], no hay nada que pueda ofenderlos, porque ellos no existen para ser ofendidos. Los guerreros de la matrix no tienen puntos de vista que defender, ya que no tienen opiniones ni creencias con las cuales definirse a sí mismos. En consecuencia, no pueden ser ofendidos, minados o agredidos.

Tercera regla: Los guerreros de la matrix se borran e inventan a sí mismos, infinitamente

Habiéndose dado cuenta de la verdad, y habiendo respondido finalmente la pregunta que los acechaba, como una espina en el cerebro -¿qué es la matrix?- Los guerreros aceptan su vida entera como una ficción, nada más que una historia inventada por otros, con una limitada información venida de ellos mismos. Ya que sus vidas enteras han sido fundadas con un sentido del mí mismo que es en sí mismo, ilusorio, y ya que este sí mismo, en cambio no es sino el producto de una experiencia de vida (rutinas, hábitos, etc) que nunca sucedió, los guerreros son libres de borrarse a sí mismos a voluntad. Esto lo hacen descargando todo el bagaje de su “experiencia”. Los guerreros descargan todas las creencias y opiniones con las que la matrix los ha programado con la finalidad de esclavizarlos. El mí mismo es la realidad. Sin el mí mismo no puede haber realidad.  Sin embargo, al aceptar que el ego es un medio necesario para funcionar dentro de la matrix, los guerreros lo remodelan de cualquier forma que encuentren conveniente. Crean un velo de misterio alrededor de sí mismos. Renuncian al pernicioso hábito de pensar, en sí mismos constantemente y sin respiro. Todos sus pensamientos, en cualquier caso vienen de la matrix y la matrix no puede decirles quienes son. Así que los guerreros se reúsan a escuchar sus pensamientos, y después de un tiempo estos empiezan a perder su insistencia, tras lo cual, los guerreros empiezan a dudar de quienes son [en realidad]. Una vez más, los guerreros funcionan como si lo supieran, sin embargo sus acciones progresivamente se vuelven más ligeras, más fluidas, espontáneas e impredecibles. Ahora que ya no tienen “personalidad” (hábitos) para conformarlos son libres de reinventarse.

Cuarta regla: Los guerreros de la matrix no tienen nada que ganar o perder porque la matrix no tiene nada que ofrecerles y no puede tomar nada más de ellos que no tenga ya de antemano

Los humanos conectados están motivados sobre todo por deseo personal, y el miedo insidioso a que sus deseos se vean frustrados de alguna manera. Están definidos por metas externas, todas centradas en el ego, formadas por la incesante presión del  mecanismo miedo-deseo que opera en ellos. Los humanos conectados actúan compulsivamente, mecánicamente, conducidos por una desesperación emocional (silenciosa)  que los lleva hacia un estado de frenesí constante pero contenido. Los guerreros de la matrix, por otro lado, no tienen deseos de los que hablar. Habiendo visto a través de la matrix, no hay absolutamente nada que quieran de ella. Lo único que desean es ser libres de ella; y ya que la matrix es mantenida por el deseo y la frustración del deseo (y el miedo a la frustración del deseo), el deseo del guerrero apunta a no desear en absoluto: el deseo de no desear. Los guerreros actúan como si sus actos tuvieran un significado para ellos, como si tuvieran algo que ganar; pero en verdad, desde que saben que la muerte los está acechando y nada en este mundo los protegerá de eso o reducirá su espina [la que tienen clavada en el cerebro, la pregunta fundamental: ¿qué es la matrix?] no les importa un bledo. Los guerreros de la matrix actúan por puro gusto. No están vendiendo porque no tienen nada además de su impecable espíritu y su propósito, y estos no están a la venta. Tampoco están comprando porque no hay nada que necesiten además de esto. Operan dentro del mercado de la matrix como observadores desinteresados. Su negocio real no está con los humanos conectados sino en otra parte. La falta de codicia y necesidad en sus acciones libera a los guerreros de hacer demasiado con lo que tienen. Ya que no quieren nada, todo lo que llega a ellos es un bonus, un regalo en apreciación a su espíritu impecable. Y ya que no hay nada que codicien o necesiten, entonces nada que no aparezca en su camino tiene consecuencias. No existe en ningún caso.

Quinta regla: los guerreros de la matrix conservan energía

Indiferentes y desdeñosos con las baratijas y chucherías de la vida en la matrix que los humanos conectados persiguen incesantemente, los guerreros de la matrix hacen tratos en un solo tipo de moneda[5]: la energía. Saben que la matrix ha sido diseñada para minar su espíritu y fuerza vital, y así empiezan con el conocimiento de que su poder personal es muy bajo. Cuantos más puntos de drenaje (los enchufes a la matrix) puedan cerrar, menos energía perderán a través de sus actos, y más podrán obtener a lo largo del tiempo. Eventualmente vendrá un tiempo en el que sus niveles de energía serán lo suficientemente altos como para que puedan desconectarse completamente y escapar de la matrix. Con este fin, los guerreros, son avaros con su energía. Ya que cada acto, pensamiento, palabra y sentimiento requiere energía, son escrupulosos en observar y regular como se sienten, piensan, hablan y actúan en todo momento. Estas cosas son su moneda[6]: o las invierten sabiamente o estúpidamente. Los guerreros de la matrix saben que su energía va a otros humanos conectados, osea, a la matrix (los humanos conectados están programados para robar energía de los otros, haciendo de la vida en la matrix un campo de batalla de los egos), o es conservada para sus propios usos. Por tanto, se abstienen de pensar demasiado acerca de ellos. Incluso se abstienen de pensar en sí mismos, ya que el drenaje primario de energía en sus vidas es el de sus egos, el enchufe principal a la matrix (el que, en la película, está en la parte posterior del cuello). Los guerreros de la matrix aprenden a distinguir entre aquellos pensamientos y actos que aumentan sus niveles de energía y los que los disminuyen; poco a poco erradican estos últimos, hasta que todos los puntos de drenaje son reparados. Solo entonces, los guerreros están listos para dejar la matrix, escapar de sus destinos como baterías vivientes, y tentar su destino como lúcidos[7].

Sexta regla: El santo grial de los guerreros de la matrix no es la fama sino la libertad

Al guerrero de la matrix le importa un bledo ser agradable. La libertad, es primero libertad de los pensamientos, opiniones y expectativas de los otros, incluyendo las de uno mismo. Todos estos pensamientos se originan en la matrix: son la red en la cual los humanos conectados están atrapados. Los humanos conectados están conectados a todo nivel, en todo lo que hacen. Estos enchufes son los puntos de drenaje que los guerreros de la matrix buscan reparar. Por lo tanto, para los guerreros de la matrix, conlleva un proceso de desconexión, de desconexión de todos y de todo dentro de la matrix. Los puntos de conexión de sus congéneres humanos con la matrix, sean sus posesiones, obsesiones, hábitos, deseos, miedos, creencias, metas o lo que sea, deben ser eliminados de la agenda del guerrero. Esto no debe ser confundido con desasociación,  negación o aislamiento. Los guerreros de la matrix no son sicópatas, hermitaños, o ascetas flagelándose en cuevas solitarias. Su desapego es un medio hacia la libertad, no una excusa para inmolarse. Los guerreros de la matrix se unen a sus congéneres conectados en el medio de su locura y los tratan con cortesía y afecto; pero nunca, ni por un momento se permiten ser parte de la locura o pensar que son parte del grupo. Mientras que los ojos de los humanos conectados están fijados en el exterior, en las penosas chucherías que la matrix les provee como distracción – buscando amor, comida, dinero, fama, y sobre todo aceptación social- los ojos de los guerreros están fijados en el interior, mirando en el abismo de su no-existencia.

Ya que los guerreros saben que la libertad conlleva una completa y total aniquilación del falso yo de la vida de la matrix, no son capaces de sentir ningún interés o apego a las cosas que pertenecen a esa vida. Pero, paradójicamente; con la certeza de que se irá en un suspiro, permiten a sus ojos deleitarse con la forma de ser del mundo, no con ansias sino con agradecimiento, sabiendo que todo esto, esta hermosa ilusión (en tanto puedan permanecer indiferentes a ella) es el medio para su libertad.

Séptima regla: Los guerreros de la matrix nunca se permiten ser distraídos de su propósito

Como los guerreros de la matrix ya no tienen cosas en el mundo (el programa de la matrix) que los protejan de su no-existencia, deben buscar algo más para sujetarse, que les provea con un sentido del yo y un propósito. A lo que los guerreros se sujetan es a su inflexible resolución, su voluntad, y su sentido de impecabilidad. La voluntad del guerrero de la matrix es su línea vital. Saben que si la siguen con suficiente diligencia, los guiará fuera del laberinto intelectual de la matrix,  a otro mundo. La matrix es una prisión, una cámara de torturas, una granja industrializada, un campo de entrenamiento y un campo de juego, todo en uno. Sobre todo, está construida como una distracción, sea la distracción provista  en forma de miseria, miedo, dolor, deseo, trabajo, sexo, o juego. El guerrero de la matrix las rechaza todas. Rechazan todo lo que encuentran en su camino, sabiendo que su camino es a través de la matrix, no dentro de ella; que tienen una cantidad limitada de tiempo para salir de la matrix, y que cualquier demora puede ser fatal. Los guerreros pueden apreciar y disfrutar cualquier cosa que aparezca en su camino; pero nunca deben ser indulgentes con esto, porque les podría llevar a la fijación, la obsesión, el apego, y lo peor de todo, la adicción. En una palabra, puntos de drenaje.
Ser indulgente con estas cosas sería olvidar su propósito, y correr el riesgo de perder su voluntad y su impecabilidad. Al punto que podrían tomar la píldora azul y acabar con todo. El guerrero de la matrix sabe que hay un millón de píldoras azules en oferta en cada circunstancia de la vida, pero solo una píldora roja. La matrix fabrica píldoras azules al por mayor; la píldora roja, de otro lado, es algo con lo que la voluntad de guerrero solo se cruzará una vez en la su vida. Por esto, deben estar preparados para arrancar su centímetro cúbico de oportunidad en el momento en que aparezca. Porque cuando Morfeo pasa, nunca regresa.



[1] Es un humano  que aunque sigue conectado a la matrix, ha empezado a darse cuenta de la naturaleza de su predicamento y actúa en consecuencia. Un guerrero de la matrix vive estratégicamente, en términos de conservar su energía a través de sus actos, y concentrándose exclusivamente en un simple objetivo: liberarse de la matrix. Una vez que el guerrero de la matrix hace contacto con el mundo real, toma la píldora roja, y se las arregla para desconectarse, él o ella se vuelve un mago de la matrix.
[2] La matrix es una "simulación neuronal activa", la matrix es el mundo que ha sido puesto ante los ojos de la humanidad para cegarla ante la verdad. Reunidos por inteligencia artificial a través de un aprovechamiento del  inconsciente de la humanidad, su mente dormida, la matriz trabaja constantemente cambiando y reorganizando todas nuestras esperanzas, sueños, recuerdos, etc… en un mundo de ensueño totalmente interactivo en el que nada cambia nunca, sino que sólo parece hacerlo.
[3] matrix warriors don't ever let it get under their skin
[4] As such, as in a dream, everything is their mirror. Any unpleasant quality that manifests in their sphere becomes a means for eradicating this same quality within themselves.
[5] matrix warriors deal exclusively in a single currency: energy
[6] currency
[7] Un lúcido es un ser que ha obtenido libertad total y aprendido a leer el código de la matrix y a darle forma a la realidad de acuerdo a sus deseos. Sin embargo, ya que un lúcido es una persona que ha borrado el “mí mismo” él o ella no tiene otro deseo distinto del deseo universal de que toda la energía fluya hacia La Fuente. Un lúcido es uno que se ha convertido en un ser imaginario, y entonces se vuelve un dios. Ya que él o ella existe dentro del sueño y está consciente de estar soñando el sueño, él o ella puede darle forma como le parezca oportuno.

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